RUTA 22: VUELTA AL PANTANO DE LAS TORCAS
Busca ese camino donde cada paso que des esté
lleno de vivencias inolvidables.
Corre. Salta. Vuela.
Déjate perder en tu loco caminar.
Corre. Salta. Vuela.
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Vuelta al pantano de Las Torcas
Para acceder al embalse de las Torcas es aconsejable pasar por la población de Tosos.
Su pintoresco casco urbano se asienta a las faldas de las conocidas Peña Chiquita y Peña Tajada.
En él destaca la iglesia parroquial de Santa María, construcción de estilo mudéjar reformada en estilo barroco durante el siglo XVII.
Nos dirigimos hacia el pantano de las Torcas según indica el cartel a la salida del pueblo por una pista forestal casi asfaltada por completo, solo tenemos que esquivar los agujeros del suelo, en constante subida entre un bonito pinar.
En una curva divisamos la silueta de una fortaleza...
El torreón medieval, el castillo de Casaza, está construido en mampostería y presenta planta heptagonal irregular. En el interior se observan dos estancias, en cuyos muros aparecen una ventana y una puerta que comunica con la otra estancia.
También se advierten las tres alturas de las que constaba, con las escaleras de acceso, una cámara subterránea y la techumbre. La otra estancia presenta unas dimensiones más reducidas y se superpone, a modo de terraza, sobre la anterior. Además, conserva en pie buenos fragmentos de la muralla que lo cercaba. Bajo el torreón, al resguardo del risco, se hallan vestigios de una antigua población habitada hasta el siglo XIV.
El personaje
histórico de EL CID CAMPEADOR, recorrió
las tierras que hoy recorremos, bebió el agua del Huerva, se
alimentó con la caza y sin duda contempló la Peña Chiquita, que se puede
considerar el emblema de Tosos.
El Cid salió de Zaragoza camino de Toledo
para ayudar al rey Alfonso de Castilla: “Enfilamos el camino de Toledo hacia el
sureste divididos en seis escuadrones, remontando el curso del río Huerva por
un camino en buenas condiciones, bien protegido por atalayas y castillos
colgados en los escarpes de los páramos, hasta descender al amplio valle del
Jiloca. Rodrigo encabezaba la marcha y tras él formaban dos escuadrones de
caballería de cincuenta hombres cada uno”
El agente oo7 preparado para ciclar.
o también el hombre que susurraba a los canes.
En el alto las casas de los forestales y de la CHE. Una vagoneta de extraer material y una antigua caldera de hierro fundido han quedado como monumentos de antaño. Muy curiosos.
El embalse de las Torcas se trata
del pantano más importante de los dos que existen en el Río Huerva y debe
su nombre al molino allí existente y al lugar en el que fue ubicado, Portillo
de Torcas, a 4 km de la localidad, actualmente bajo las aguas.
La
presa actual está colocada en un estrechamiento de rocas llamado MARI-MARTA.
Cruzaremos los términos de tres poblaciones: Tosos, Aladren y Aguilón.
Aquí
puedo contemplar el monasterio cisterciense del Santo de Aladren del siglo
XIII, en ruinas. La desnudez con la que se presenta no significó pobleza.
Estos monasterios
tienen los muros completamente lisos pero conforman espacios de una belleza
singular, impactante, a la vez que emanan un remanso de paz.
Para algunos, seremos unos místicos...
para otros, seremos unos locos.
Para unos, seremos unos sabios...
para otros, seremos unos incomprendidos.
Para unos cuantos, seremos un buen ejemplo...
para otros, seremos un peligro.
Para algunas personas, seremos un buen amigo...
para otras, tendremos la culpa de todo.
Por tanto, sé siempre tú mismo,
sin importarte lo que otros opinen de ti...
porque no hay mayor grandeza en toda la existencia,
que la libertad de hacer, lo que dicte tu corazón.
Alejados
normalmente de las aglomeraciones urbanas y de las vías de comunicación, pues
su tareas eran la explotación agrícola, ganadera y la oración, no era este su
caso pues aunque aparece en el Cantar del Mio Cid como de escasa importancia
era cruce de caminos, anteriormente, por donde pasaban las tropas cordobesas
para sofocar las rebeliones de la taifa de Zaragoza.
En un lugar de Aguilón, entre las paredes olvidadas del antiguo monasterio, ayudados por el cercano ronroneo del río, meditamos transcendentalmente.
El Espíritu Santo desciende sobre nosotros.
La loma
donde se asienta el monasterio es culminada por el castillo de Alcañicejo,
totalmente en ruinas y que apenas quedan restos. A la espalda de la loma, el río
Huerva fluye sereno creando una bucólica estampa de paz y sosiego.
Este es el final del recorrido conocido como "Las hoces del Huerva" donde el río encajonado entre farallones escava un bonito atajo.
Prácticamente todo el entorno del embalse está cubierto por vegetación arbórea de tipo mediterráneo, principalmente pino carrasco (Pinus halepensis) y encina (Quercus rotundifolia), lo que contribuye, junto con el relieve, a crear un entorno paisajístico agradable y de notable belleza.
Pero el
tiempo, las prisas y el cansancio pues se me antoja una ruta dura nos dejan sin
visitar, quizá para otra vez, la presa del pantano con su túnel, el sendero que
recorre el soto del río por su margen derecha, entre carrizos, juncos y viejos
olmos, un difícil paso de sirgas y una zona de antiguos fósiles, para acabar
cruzando el estrecho paso de Piedratajada antes de llegar a Aguilón.
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