SUFRIENDO EN EL PORTALET



 ¿Que tiene este puerto que siempre te atrae y 
siempre te hace sufrir?

¿Por que nos agota tanto su escalada 
cuando no tiene especiales dificultades 
salvo su larga longitud?



Quizá sea su paisaje, enormemente precioso. 

 

Aunque queda mucha nieve en los altos, esta se va retirando poco a poco, lo que provoca enormes y majestuosas cascadas que se precipitan al vació desde las peñas. Los torrentes tumultuosos bajan briosos para unirse con un río que suena a nuestro lado durante toda la ascensión.

Los pájaros entonan felices canciones y los brotes de los árboles estallan en verdor. La primavera esta ascendiendo por el valle.

A partir del lago de Fabreges, la nieve se acurruca en las cunetas, para ir ganando poco a poco espacio hasta alcanzar gran altura en el ultimo tramo, que parece no llegar nunca.


Mientras tanto, curvas, herraduras, pendientes que no dan un respiro desde en inicio al fin.

Abandonad vuestras colmenas de ladrillo y contemplad este éxtasis de naturaleza. Aunque para disfrutar haya que sufrir.














Iniciamos el recorrido de hoy desde la estación de esquí de Artouste, a las 8:00 de la mañana todavía con las legañas pegadas. 

Hace frío.




20 kilómetros de descenso desde el lago para llegar al pueblo de Laruns. Me doy cuenta que he bajado bastante despacio lastrado por la rueda trasera. 

Ambas van bastante bajas. No quise hincharlas mucho por el tema de la presión atmosférica. A mayor altura la presión atmosférica es menor y por tanto la presión interior aumenta. 

¿No habéis visto como se hinchan los "Danones" cuando subes al Pirineo? ¿Y las bolsas de patatas fritas?. Parecen que van a estallar.

Pero me quedé corto.

Me encamino a la gasolinera, que se encuentra en el borde de la carretera, a hinchar las ruedas y cuando pulso el botón de inflar no funciona. Un cartel indica que es necesario introducir 50 centimos para que funcione. 

Horror ¿Llevo monedas?. Si, pero no de 50 cm. Vamos a ver si puedo cambiar y entenderme.

Horror otra vez. Esta cerrada y no hay nadie.

Pufff subir todo este puerto con las ruedas bajas.




Nada más iniciar el ascenso nos encontramos con el cruce a mano izquierda con otro coloso de los Pirineos, el col de Aubisque.
















En el túnel de piedra una cortina de agua cae desde el techo golpeándote con dureza. 

A su salida, el estrecho corte realizado en la montaña como único medio de escapatoria del río, mezclado con el estruendo del agua empujándose, para de algún modo intentar salir, es idílico. Dada la verticalidad de las paredes en este tramo del congosto impide que los rayos del sol alcancen, de modo alguno, la carretera.








Las torrenteras bajan desbordadas favorecidas por el deshielo, en este preludio de la primavera.


La ascensión del Portalet la dividiría en tres tramos de 10 kilómetros, aproximadamente, cada uno.

Un primer tramo suave para calentar las piernas, para divertirnos contemplando el paisaje, hasta la localidad termal de Eaux- Chaudes,  con su aire decadente. 












A partir del Puente del Infierno, la dureza se hace más evidente. Este segundo tramo nos empieza a avisar de lo que después vendrá. 

Una vez superado la estación eléctrica de Miegebat y su tubo de canalización de agua la primera de las curvas de herradura te hará ponerte de pie.

Después, el coqueto pueblo de Gavas y a su salida otro repecho de aúpa. 














El paisaje sigue siendo impresionante.



























Llegamos a otro punto donde siempre me atraganto. Para mi el punto más duro de todo el puerto, el asfalto parece pegarse a los tacos de la rueda y una mano invisible te retiene: la recta de la estación eléctrica de Artouste hasta sobrepasar el centro invernal donde guardan los quitanieves franceses. 



Estos metros se me atragantan.

Ese siempre es mi peor momento y donde peor lo paso. Posteriormente el muro de la presa y las terceras curvas de herradura, me parecen mucho más suaves, y eso que en pocos metros subes una barbaridad.
















Dos kilómetros llanos junto al embalse que conviene descansar  y comer algo. Por que empieza el tercer tramo, entramos en la alta montaña y el esfuerzo al que te has sometido junto con la falta de oxigeno por altura va a empezar a pasar factura.

La pendiente media va a subir al 7%. Los árboles poco a poco van a desaparecer, el sol te castigara con justicia sino es el frío, la lluvia o la niebla.

Eso sí, el paisaje es impresionante, las montañas nevadas, animales como caballos, vacas u ovejas pueden andar sueltos, cabañas pastorales junto al rió, verdes praderas... 













Son los últimos 10 km, y vamos vislumbrando el recorrido de la carretera en continua ascenso. A nuestro lado grandes cimas como Pico de Midi, el Circo de Aneu, la Peña Blanca o la Canal Roya.

Son los últimos momentos por que ya se divisa el Hotel del Col du Portalet.

No desfallezcas ahora, unos metros más. Echa toda tu rabia encima del manillar y si te quedan fuerzas, realiza el sprint final. 




Lo has conseguido:

Has vuelto a vencer al mítico PORTALET 




































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