RUTA 14: SENDAS NEGRAS




RUTA 14: SENDAS NEGRAS
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En la frontera de los Monegros, en la orilla de la estepa, sobreviven los últimos pinos negros que dan nombre a este singular paisaje.
Los Monegros son un ecosistema singular, maduro, único en Europa, cuya riqueza biológica ha demostrado ser excepcionalmente importante.
Las especies biológicas sobrepasan las 5.400, cifra superior a la conocida en cualquier otro hábitat nacional o europeo.

Entre ellas 4 BIKERS, raros, singulares, que no están documentados científicamente y que intentaran superar las duras pruebas que este entorno duro, seco y aspero les impondrá: arena, estrechas y sinuosas sendas interminables, cuestas infernales y el sol, ese sol que aplana y aplana y destruye los músculos de las piernas aliado de ese cierzo que obliga a encajarte en el manillar y no avanzar.
Todo para alcanzar un objetivo: el radar metereologico del Monte Oscuro, pero como eso parecía muy sencillo antes hicimos 35 km solo para calentar las piernas. Cosas de Pros.

Ahora, 4 horas después es cuando empiezo a sentirlas de nuevo.

















San Caprasio y Monte Oscuro comparten el honor de figurar como los puntos más altos de la Sierra de Alcubierre, en el mismo corazón de Los Monegros. 

Ambos se elevan a 812 metros de altitud y no se hallan muy distantes entre sí. Tienen fama de ser dos de los mejores miradores de Aragón, los balcones naturales que posiblemente permiten observar una mayor porción de territorio aragonés. 

En los días claros, especialmente en invierno, puede divisarse una enorme panorámica que incluye los Pirineros, el Moncayo y el valle del Ebro.





















Para llegar a Monte Oscuro hay que seguir una pista que arranca junto al cementerio de Perdiguera y dejarse guiar por las indicaciones que orientan hacia el radar meteorológico, una especie de enorme pelota blanca que corona esta montaña. La pista recorre catorce kilómetros que permiten romper algunos tópicos sobre los Monegros. 

No todo es seco alrededor; el camino también se interna entre pinos y sabinas en un refrescante paisaje de curvas y ondulaciones.


Enredadas sendas de más de 5 km entre pinos y sabinas.










“Atravesaremos colinas grises y arrugadas 
como la piel de los elefantes”



















En pocos kilómetros hemos pasado de los 473 metros del casco urbano de Perdiguera, a
vislumbrar los 826 metros de Monte Oscuro.






El Monte Oscuro tiene un perfil plano, discreto. A San Caprasio asciende mucha gente, algunos atraídos por las vistas y otros porque también alberga una ermita y unos eremitorios excavados en la roca, en un cortado sobre un imponente barranco, donde algunas personas acuden a realizar retiros espirituales. 

Al Monte Oscuro, sin embargo, no acude casi nadie. Tal vez la tendencia se invertiría si se divulgara que en este emplazamiento se conservan, casi intactas, las fortificaciones y trincheras construidas por los milicianos que defendieron esta posición a principios de 1937, entre los cuales se hallaba el escritor inglés George Orwell.



















Cuando la pista bordea la montaña por el este, la panorámica se abre hacia la zona de Farlete y se divisa un espacio de cerros color ceniza que se suceden unos a otros como un oleaje seco y estático, un paisaje en tonos terrosos, con volúmenes escultóricos, radicalmente distinto del paisaje inglés, de gran impacto visual para los milicianos británicos que combatieron aquí. 









Una vez en lo alto de Monte Oscuro, junto al gran radar cuyo zumbido hace pensar en una nave extraterrestre, sólo hay que pedalear unos quinientos metros hacia el sur, por una senda que se interna en una zona boscosa, para encontrar las casamatas, los nidos de ametralladoras, las trincheras y los agujeros excavados en el suelo o en la roca para refugiarse y para servir como polvorín o como despensa. 

Junto a ellas comidas por la vegetación la vía desciende vertiginosamente, demasiado atrevida para los no expertos. 










 Orwell escribia 
y, aunque se confiesa poco amigo de las montañas, reconoce la grandiosidad del entorno:

 “Había amaneceres en que el espectáculo de la aurora entre los cerros casi nos hacía alegrarnos de no estar en la cama a esas horas desapacibles...... A veces valía la pena contemplar una aurora que surgía detrás de las colinas, las primeras estrechas vetas de oro que como espadas atravesaban la oscuridad, y luego la luz creciente y los mares de nubes carmesíes alargándose hasta distancias inconcebibles”.


El Monte Oscuro, tal vez,
 el punto de Aragón desde donde
más Aragón se divisa.

Desde aquí se divisan, los días claros. los Pirineos, el Moncayo y las sierras de Teruel.



Anteriormente, desde este punto, todo lo que alcanzaba la vista era un mar, incluso hoy podemos encontrar numerosos moluscos fósiles.  

Posteriormente hace "solo" 5 millones de años se comunicó con el Mediterraneo, comenzando su vaciado hasta conformar el paisaje actual.



Al acabar tan cansada jornada, estábamos hambrientos, tremendamente hambrientos. 
Cualquier comida nos parecía un majar de dioses. Como estos huevos fritos.










Descargar track:   

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6370097

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