RUTA 19: SALTO DE ROLDAN, DOLMEN DE BELSUE, PICO DEL ÁGUILA.

diciembre 27, 2014

RUTA 19: SALTO DE ROLDAN, DOLMEN DE BELSUE, PICO DEL ÁGUILA.

Todo lo que nos rodea no ha estado siempre ahí. Alguien ha tenido que imaginarlo, creer que era posible y finalmente lo más difícil, hacerlo.

RUTA 19: BICICLETA DE MONTAÑA: Salto de Roldan, Dolmen de Belsue, Pico del Águila.

No lejos del congosto formado por el río Isuela, cuando ascendemos el Monrepos, y sobre una loma cónica, se asienta el pequeño poblado de Sabayes. La silueta de la torre fortificada de la Iglesia conforma su silueta.

Es sus proximidades se encuentra el llamado «Salto de Roldán», una formación rocosa en el Prepirineo oscense. Está formada por dos inmensas moles pétreas que configuran la puerta de entrada a la sierra de Guara y avanzan como proas sobre la Hoya de Huesca. Se trata de la peña San Miguel (izquierda), de 1123 m, y la peña Amán, de 1124 m, entre las que discurre el río Flumen. Se encuentra en el extremo izquierdo del Parque Nacional de la Sierra y Cañones de Guara.

La imagen no dejará a nadie indiferente: ante nosotros la peña Amán es una enorme pared anaranjada que cae verticalmente docenas de metros hasta el fondo, abajo el río Flumen serpentea entre las dos peñas, creando un poco más abajo el barranco de las Palomeras, uno de los más emblemáticos por lo difícil de bajar, de los cañones de Guara.

Hacia el sur, la Hoya de Huesca, haciendo honor a su nombre, una gran extensión que hoy observamos cubierta de niebla. En la peña encontramos los restos de un castillo románico, cuesta imaginar como lo construyeron en este lugar tan inaccesible que por otro lado, es una perfecta atalaya defensiva.

Leyenda: El salto de Roldán

Cerca de Huesca se puede visitar uno de los parajes más hermosos de la comarca, conocido como el salto de Roldán en honor a uno de los personajes más legendarios de la Edad Media, el valeroso caballero galo del también mítico Carlomagno.

Parece ser que Roldán se encontraba en huida de Saraqusta, cuya conquista había fracasado, cabalgando raudo hacia su Francia natal. En Roncesvalles protegía la retaguardia de su ejercito y sufrió la emboscada de los vascones, donde fue herido de gravedad. Huyendo llego a las cercanías de las Wasqa musulmán donde al parecer fue descubierto. La persecución estaba siendo ardua y agotadora, y el noble galo se veía amenazado por varios flancos. El acoso provocó que el caballero buscara una salida ascendiendo por la peña de Amán, que termina en un cortado cuya foz recorre el río Flumen.

Roldán tiró con fuerza de las riendas, deteniendo el corcel justo al borde del
precipicio. Los perseguidores, seguros de haber dado caza a su presa, hicieron
cabriolas con sus caballos y dieron mandobles al aire antes de acercarse al
héroe francés. Éste, para sorpresa de aquellos que le acorralaban, picó las
espuelas y se lanzó al vacío. Ante los ojos de sus perseguidores, el corcel dio
un salto tan prodigioso que, en lugar de precipitarse al fondo del cortado,
consiguió llegar al otro extremo, estampando sus huellas, todavía visibles
según algunos, sobre la peña de San Miguel.

La leyenda dice que, debido a tal esfuerzo, el caballo murió en el acto, y Roldán tuvo que proseguir su camino a pie. Parece ser que no llegó muy lejos, pues se cuenta que cayó en Ordesa, si bien su mítica espada, Durendal, poderosa tal que Tizona o Excalibur, consiguió llegar a Francia al ser lanzada con rabia por el caballero, abriendo la que todavía se conoce como brecha de Roldán y que permitió al galo ver su tierra por última vez en su estertor de muerte.

Nosotros no vamos a realizar la gran proeza de realizar este salto inverosímil y nos dirigiremos a ver otro monumento interesante: El Dolmen de Belsue.

Descendemos por una estrecha senda hasta una planicie.

En este rincón remoto era un buen sitio para vivir y para morir; para enterrar a sus muertos de la mejor manera posible reposando en un lugar que no parece de este mundo, aunque lo sea. Y allí, al resguardo de unas peñas, levantaron un dolmen, una cámara funeraria protegida por losas de varias toneladas de peso.

La senda continúa por la margen derecha del río Flumen al pie de los acantilados de Cienfuens, imponentes moles calizas verticales, hasta llegar a la presa del embalse. En algunos momentos la senda circula junto a un cortado vertical donde evitas mirar el precipicio. Bordeamos el embalse por su orilla derecha siguiendo una antigua pista que atraviesa varios túneles. Este tramo es el más agradable de toda la ruta. Nos ofrece un agradable paseo que va a parar a la siguiente presa: Santa María de Belsué.

Desde los 901 mts de la cola del embalse totalmente helado, con temperaturas bajo cero hasta los 1.619 del Pico del Águila, donde las antenas repetidoras de televisión se alzan desafiantes nos queda otra terrible subida. 718 mts de ascensión vertical continua, sin descansos, con largos y duros repechos.

Una vez arriba las vistas son impresionantes, merece la pena.

El tramo final de la ruta llega a la pista asfaltada que nos lleva a las instalaciones de telecomunicación ubicadas en la cima del Pico del Águila donde hay dos mesas panorámicas que señalan los puntos de interés y donde se puede disfrutar de magníficas vistas del Pirineo Central y Occidental hacia el Norte y del valle del Ebro hacia el Sur.

Descendemos por una de las mejores trialeras de la zona, tanto que en un momento de la misma han colocado cadenas para sortear un difícil paso. Agarrados en un hombro la bici y con la mano libre las cadenas sorteamos este paso para continuar sobre una senda empinada entre pinos hasta el embalse de Arguis. Desde allí por el congosto del Isuela, bajo los enormes puentes de la nueva carretera del Monrepos, nos tiramos a muerte, a una velocidad endiablada sorteando las eses y los tuneles que que el curso del río obliga a efectuar a la carretera con un asfalto impoluto.